Cualquier amante del vino y de la vasta cultura que siglos de historia han entretejido en torno a él, debe incluir en su hoja de ruta el Museo Provincial del Vino.
Además de constituir una sugerente propuesta museística, se ha convertido, desde su fundación, en el eje sobre el que bascula todo el turismo enológico de la provincia.
Ubicado en el majestuoso castillo de Peñafiel, declarado Monumento Histórico Nacional en 1917, se encuentra en el corazón de la Ribera del Duero. Se ha convertido en una emblemática seña de identidad de la comarca y baluarte de la difusión del rico legado de la viticultura vallisoletana.